¿Cómo aforar un potrero para pastoreo correctamente?

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¿Por qué debemos aforar un potrero?

Existen varias razones para realizar aforos a los potreros donde pastorea, o va a pastorear, el ganado. La razón más importante es, que si no se conoce un dato tan simple como es el aforo de un pastizal en un predio o terreno al que le daremos o le estamos proporcionando un uso ganadero, entonces no se puede hacer una correcta planificación del pastoreo.

Muchos son los estudios (Bibliografías Nº: 1, 2, 12, 16, 19, 21, 30, 34) que demuestran que cuando el ganado pastorea «a sus anchas», es decir, cuando tiene plena libertad de elegir en un potrero lo que desea consumir y/o rechazar lo que no desea consumir (lo cual es común en pastoreo libre o continuo, en pastoreo alterno y en pastoreo extensivo rotacional), entonces, tal selectividad y baja presión de pastoreo conllevan a un sobrepastoreo o subpastoreo (10, 22), situaciones en las cuales las especies útiles o deseadas declinan (son las que el ganado prefiere y por ende las que más pastorea y agota) y proliferan otras no tan deseadas (son las que el ganado rechaza y por ende las que no consume por lo cual permanecen intactas en el potrero), de tal forma que con el paso del tiempo la pastura va quedando más expuesta a la acción de la radiación solar, la fuerza de los vientos y el impacto de las lluvias, con un consecuente desgaste que la degrada.

Opuestamente, los mismos estudios sobre degradación de las pasturas a causa de los manejos de pastoreo extensivo tradicional (continuo, alterno o rotacional), demuestran también que con el incremento de la carga animal por unidad de superficie y aplicando técnicas de manejo más racionales y controladas, se logra no sólo una mayor resistencia al pastoreo, sino también una óptima persistencia de los pastos deseados, una mayor capacidad de rebrote y desarrollo, y una óptima nutrición del ganado (28, 32, 35).

Al conocer el aforo de una pastura, es decir, la producción total estimada y proyectada de pasto en un determinado ciclo de crecimiento y desarrollo de la especie de pasto producido en una determinada área, podemos entonces calcular a partir de allí la disponibilidad total de pasto por cosecha, descontar la reserva que se desea para el rebrote subsiguiente y con el pasto que queda disponible, se puede calcular la carga animal máxima de ganado, y finalmente el tamaño de los potreros para poder garantizar el éxito de la técnica de pastoreo a implementar. Esta es la manera correcta de planificar un sistema de pastoreo, de forma tal que la ganadería pueda percibir sus beneficios (28, 35):

a.    Impedir la degradación de las pasturas y hacer viable su perennidad (vida útil indefinidamente)

b.    Romper eficazmente con la dependencia del uso de insumos agroquímicos (fertilizantes altamente solubles), el uso de agrotóxicos (venenos, herbicidas o matamalezas) y el uso de arados del suelo

c.     Producir más económico (menor costo por unidad de producto)

d.    Incrementar la fertilidad natural del suelo, su productividad (biomasa) y prevenir la erosión

e.    Proteger el ecosistema ganadero y el medio ambiente en general

f.     Respetar el bienestar animal y esperar su óptimo desempeño productivo

g.    Producir carne y leche sin contaminantes (orgánicos)

h.    Producir más carne y/o leche por hectárea en uso ganadero pastoril

i.      Promover una mayor ganancia económica real (rentabilidad)

 ¿Qué es el aforo de pasturas?

Aforo es una palabra del español que deriva del verbo aforar. La mejor definición de este verbo contenida en el diccionario de la real academia de la lengua española (DRAE, 2001), es aquella que dice que aforar es sinónimo de contar o medir, por ejemplo, medir la cantidad de agua que lleva una corriente en una unidad de tiempo. Sin embargo, no existe por supuesto una definición tan específica para «aforo de pasturas».

Así pues, en la pascicultura, que se define a su vez como la técnica del cultivo y/o manejo de los pastizales o pastos, también denominados académicamente en términos generales como recursos pascícolas (7), ya sea para pastoreo o cualquier otro uso agropecuario, el término «aforo» ha sido extrapolado desde otras áreas del saber y aplicado a la pascicultura para denominar a la actividad propia del manejo del pasto como cultivo agrícola para alimentar al ganado pastoreador (vacuno, bufalino, caprino, ovino, equino, etc.) y que consiste en medir o cuantificar la cantidad de pasto o forraje que un determinado terreno puede producir para este fin. En otras palabras, el aforo permite medir la productividad de un suelo en uso ganadero.

El aforo entonces, debe arrojar como resultado de la medición la cantidad total expresada en kilos de pasto verde fresco (materia verde de pasto – Kg de PVF o MV) y/o pasto verde seco (materia seca de pasto – Kg de PVS o MS), es decir, la cantidad total de biomasa forrajera que se produce en un área determinada de terreno pastoril para alimentar al ganado. Debido a que resulta poco práctico y muy demorado realizar esta medición en áreas muy extensas, se acepta una medición a pequeña escala para lo cual sólo se mide la producción de biomasa en algunos metros cuadrados de área  (9), midiendo aleatoriamente varias veces en diferentes puntos del terreno lo producido en un metro cuadrado de área (m2). Así pues, la expresión correcta de un aforo es Kg/m2 de MV o MS.

En una forma muy resumida se define entonces el aforo de pastos como la cantidad de forraje por unidad de área expresada en Kg/m2. Pero, debido a que la finalidad de un aforo de pastos es poder contar con una base más objetiva, si bien no puede ser considerada como una medida precisa pero si más confiable, para determinar la carga animal o capacidad de carga animal de un predio en uso ganadero (otra medida zootécnica que se utiliza comúnmente en la pascicultura), y entendiendo que esta carga animal se expresa a su vez como unidades gran ganado o unidades de ganado mayor por hectárea de suelo (UGG/Ha o UGM/Ha), y que el aforo es apenas una pequeña muestra de lo que un predio ganadero produce en su totalidad, el aforo luego es extrapolado a la expresión Kg/Ha, para que con base en la cantidad de pasto producida en una hectárea de suelo se determine la carga animal de esa misma área.

Resulta más común de lo que se puede creer, que aún en la academia universitaria de las ciencias agrarias se asume como exacto o absoluto el valor obtenido como resultado de un aforo cuando en realidad es apenas un valor de referencia, es decir, se confunde el resultado de un muestreo con el valor real de una población como si fueran exactamente lo mismo (3). En realidad cualquier aforo que practiquemos a un pastizal nos arroja un resultado afectado por un cierto grado de error que varía según el tipo de pastizal evaluado, la metodología empleada para el aforo (procedimientos en campo), y los criterios de medición que aplique quien o quienes realizan el muestreo y el pesaje de las muestras, e incluso hasta por los mismos instrumentos que se utilicen para ello.

En consecuencia de esto, un aforo de pastos nunca será una medida precisa de lo que produce realmente un potrero o un predio, excepto que se pudiera pesar todo el pasto producido en ese potrero o predio, pero si podemos afirmar que el aforo es una «ponderación» de la producción de pasto a partir de una muestra representativa del pastizal evaluado que se hace de manera aleatoria y que se toma directamente en campo, en el potrero o los potreros de los cuales se desea medir su producción. Así pues, tampoco se puede asegurar que con base en el aforo podemos precisar la carga animal exacta, si acaso sólo se pueden hacer aproximaciones que sirvan como referencia (3, 24), para poder realizar así una planificación ganadera más acertada sobre una base más objetiva y sólida.

Esta ponderación por tanto será una medida de la producción estimada de pasto de un potrero o varios de ellos en un predio en uso ganadero, y servirá como base para poder deducir matemáticamente en una primera instancia la carga animal máxima estimada de ese predio, y en instancias posteriores, se podrá calcular el número y tamaño de los potreros requeridos para un óptimo manejo del pastoreo en cuanto a los tiempos mínimos y máximos de ocupación y de reposo por potrero, para así garantizar que el pastizal sea perdurable en el tiempo, y por ende, sostenible y sustentable.

¿Cómo se hace un aforo?

Partiendo de la premisa que el aforo no es una medición exacta, sino un «muestreo del pastizal» mediante el cual se pretende estimar con más objetividad su producción total de forraje para alimentar al ganado, se han empleado en la pascicultura diversas metodologías para realizar el aforo de una pastura (9). La mayoría de estas metodologías de muestreo para el aforo de pastizales comparten ciertos fundamentos y criterios de medición, pero difieren particularmente en los procedimientos en campo. Los tres métodos de muestreo más comunes son:

a.    El método de muestreo en cruz (o aforo en forma de X), que consiste en ubicar las 4 esquinas del potrero «relativamente equidistantes» y recorrerlo de una esquina a otra en línea diagonal y luego en la diagonal perpendicular u opuesta (31). Cada 5 pasos se descarga el marco de aforo de 1 m2 de área sobre el piso, se corta una submuestra (todo el pasto que queda dentro del marco), y se pesa con una balanza de kilos y gramos. Al final se suman los pesos de todas las submuestras y se divide por el número total de submuestras que se tomaron para obtener el «promedio aritmético» en Kg/m2.

b.    El método de zig-zag (o aforo en forma de Z), que es igual al que se implementa comúnmente para muestreo de suelos (18), y que consiste en tomar con el mismo marco de 1 m2 unas 15 ó 20 submuestras por cada 10 hectáreas de extesión del pastizal recorriendo el terreno a lo largo y ancho en forma de zig-zag o de Z. Los puntos donde se toma cada submuestra los elige quien esté realizando este procedimiento y lo hace aleatoriamente, es decir, sin seguir un orden o patrón para no sesgar la muestra, pues se trata que la muestra sea representativa y no el resultado de una elección a gusto, capricho o conveniencia de quien las toma. Cada submuestra se pesa con una balanza de kilos y gramos. Los pesos de las submuestras tomadas se suman y se divide por el número de submuestras tomadas para determinar el «promedio aritmético» en Km/m2.

c.     El método más común, el más implementado, es el aforo mediante doble muestreo por rango visual (6, 9, 17, 33) que consiste en tomar mínimo tres submuestras (mientras más submuestras se tomen menos error en el resultado) en tres o más puntos diferentes de la pastura que se eligen visualmente con base en las diferentes alturas  de crecimiento del pasto (alto, medio y bajo) que se está aforando, se pesa cada submuestra que representa a cada nivel de altura con una balanza de kilos y gramos, y finalmente se suman los pesos de las tres o más submuestras obtenidas y se divide por el número de submuestras tomadas para determinar el «promedio aritmético» en Kg/m2.

 

Como se puede notar, estos tres métodos que se llevan a cabo mediante procedimientos muy diferentes, tienen en común que se toman varias submuestras, se pesan individualmente (idealmente en gramos), se suman los pesos individuales para obtener un peso total y se divide este resultado por la cantidad de submuestras tomadas, para tener así el promedio aritmético o media aritmética en Kg/m2, valor que conocemos popularmente bajo el término «aforo promedio».

Ahora, si bien el promedio es una medida poblacional bioestadísticamente válido y muy utilizado, resulta muchísimo mejor utilizar la medida poblacional denominada «media ponderada o promedio ponderado». Esto es porque el valor promedios o media aritmética de una muestra es tremendamente sensible a valores extremos (muy altos o muy bajos) lo cual puede hacer que el promedio no represente fielmente al conjunto de datos medidos (valores individuales de las submuestras) o a la población de donde provienen.

Por ejemplo: Supongamos que se está aforando una pastura, y se h

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